En los últimos meses hemos observado un aumento del número de imanes encargados por clientes de la industria azucarera. Le pregunté a mi colega Arthur Jonkman a qué se debe. Arthur explica: "El mercado europeo del azúcar estaba protegido hasta hace unos años. Los precios del azúcar se mantenían artificialmente altos en la UE mediante impuestos a la importación y cuotas de producción. Este mercado se liberalizó recientemente y se han levantado las restricciones a la exportación.
Sin límites
Los fabricantes de azúcar ya no están limitados en cuanto a lo que pueden producir y exportar. Esto ha provocado también un aumento de la demanda de imanes. Los imanes eliminan los trozos y partículas de hierro del azúcar, lo que no sólo es necesario para garantizar un buen producto acabado como el azúcar que compramos en la tienda, sino que también es un requisito exigido por los compradores industriales de los productos azucareros que procesan el azúcar en sus productos, como los fabricantes de alimentos. Las máquinas también pueden pararse por una partícula perdida de hierro, y eso provoca una costosa paralización de la producción, que puede evitarse mediante el uso de imanes".
Azúcar en los alimentos
Arthur prosigue: "Si nos fijamos en las galletas, la mantequilla de cacahuete, la mermelada, los alimentos infantiles, el pan o el ketchup, veremos que todos contienen azúcar. Obviamente, el consumidor no quiere encontrar un clavo en una bolsa de azúcar, pero los requisitos de calidad cada vez más estrictos de la industria alimentaria obligan ahora a los productores de azúcar a filtrar también las partículas más pequeñas -de hasta 1 micra-. De lo contrario, podrían tener que hacer frente a reclamaciones por daños y perjuicios o se les podría denegar una marca de calidad. Así pues, las exigencias son cada vez más estrictas".
Fases de la producción
Arthur afirma: "Los trozos gruesos de hierro entran en el flujo de producción justo al principio, al cosechar la remolacha azucarera en el campo. Para recogerlos, colgamos 'imanes de captura' encima de la línea de alimentación, fuera de la fábrica. Le sorprenderá saber que a menudo encontramos munición colgando de ellos. Después, las remolachas se limpian y se cortan en trozos. Cuando caen por una tolva podemos montar imanes de tolva que eliminan los trozos de hierro -visibles- que quedan.
Partículas muy pequeñas
En el siguiente paso del proceso, las remolachas se hierven, lo que produce un jarabe fino y un jarabe espeso. El jarabe espeso se hierve aún más y se centrifuga para producir azúcar cristalizado que, a continuación, entra en la fase de secado. Aquí se utilizan "imanes de flujo limpio", que filtran las partículas de hierro más pequeñas. Éstas son invisibles a simple vista, pero al eliminarlas se protegen las máquinas, se obtiene un producto acabado o semiacabado de buena calidad y se evitan reclamaciones por daños".
Proceso continuo
"Utilizamos imanes en la fase final del proceso del azúcar y tenemos en cuenta que la producción de azúcar es un proceso continuo, que no puede detenerse simplemente cuando queramos. Por lo tanto, la limpieza de las barras magnéticas debe realizarse continuamente; de lo contrario, el imán se saturaría de partículas de hierro y perdería eficacia. El azúcar cristal fluye bien, por lo que un sistema estático es adecuado. Sin embargo, cuando se procesa azúcar en polvo, a menudo se adhiere a las barras: el azúcar se apelmaza e impide el flujo. Resolvemos este problema mediante el uso de imanes giratorios que mantienen el producto en movimiento. Llevamos años suministrando todos los imanes que utiliza la Unión Azucarera Neerlandesa, por lo que conocemos a fondo los problemas que pueden surgir al procesar azúcar. Con toda nuestra experiencia, tenemos una solución para cada situación".
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