No hace mucho recibimos una llamada de un cliente holandés que estaba desesperado. Había entregado en la India tubos para un oleoducto en alta mar y descubrió que las secciones estaban totalmente magnetizadas, por lo que era imposible soldarlas. Era una situación de pánico: la construcción se paralizó, los obreros contratados no podían hacer otra cosa que esperar y, mientras tanto, el dinero se escurría como arena en un reloj de arena.
Sorprendidos
Tras dos días de preparativos, nuestro ingeniero de servicio, Ger, partió hacia la India. El viaje en coche, avión y tren duró 21 horas, pero una vez allí consiguió desmagnetizar los 43 tramos de tubería, para asombro de todos los espectadores. Debió de parecer un truco de magia, porque, salvo una enorme bobina de cable y una caja de control, no había nada que ver.
¿Qué causa el magnetismo indeseado?
El magnetismo indeseado puede deberse a varias causas, como el levantamiento magnético de chapas o tuberías. Otras causas son la detección magnética de grietas e incluso procesos de mecanizado mecánico como fresado, taladrado y rectificado. Estos pueden producir magnetismo residual, haciendo que el producto sea inmanejable.
El magnetismo atrae o repele, como todo el mundo sabe. En este caso, cuando los soldadores intentaron trabajar en las tuberías, el arco de soldadura fue repelido y los electrodos fueron atraídos hacia la tubería. Esto hizo imposible la soldadura. Afortunadamente, Ger no tardó en llegar para salvar la situación.
Un pequeño milagro
Ger midió el valor magnético de varias secciones de tubo y enrolló varios metros de cable en los extremos de una de ellas para formar una bobina. Tras manipular la caja de control durante unos instantes, el magnetismo desapareció por completo. ¡Pan comido! Después pasó un día y medio realizando el mismo procedimiento en los 42 trozos de tubo restantes y el trabajo estaba terminado. El "Ger mágico" podía volver a casa.
¿Hasta la India?
En las empresas de producción, por ejemplo, se produce un magnetismo indeseado en los moldes. Éstos pueden pegarse entre sí, provocando paradas de producción e incluso daños. Las empresas que se enfrentan regularmente a este tipo de problemas suelen tener su propio túnel de desmagnetización con una caja de control. Es una forma más sencilla de llevar el producto de A (magnético) a B (desmagnetizado).
Cuando esta necesidad sólo surge ocasionalmente, el objeto también puede enviarse a Goudsmit, en Waalre. Pero cuando, como ocurre en la India, se trata de tramos de cuatro metros de longitud de tubos de acero de 70 cm de diámetro y paredes gruesas, es imposible. Por no hablar de desmagnetizar un objeto de kilómetros de longitud, como los raíles de un tren que se han magnetizado.
Unidad móvil de desmagnetización
Los ingenieros de Goudsmit han desarrollado un sistema móvil para estas situaciones, que básicamente sustituye el túnel por 100 a 200 metros de cable, enrollado en un carro con ruedas. El cable se enrolla alrededor de la tubería o la máquina para formar una bobina, y el flujo de corriente procedente de la caja de control desmagnetiza entonces el objeto.
Hasta hace poco, sólo los técnicos de Goudsmit, como Ger, podían manejar esta unidad. Pero ahora la hemos actualizado para que incluya una pantalla táctil, una interfaz y un menú de selección fácil de usar para que cualquiera pueda configurarla y ella misma realice todos los ajustes necesarios. En cualquier parte del mundo.
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